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RESPIRACIÓN ALTERNA – NADI SODHANA

Nadi: conducto sutil energético. Sodhana: purificar. Pranayama: respiración.

“Respiración que purifica los nadis”. También conocida como “Respiración alterna”.

Nadi sodhana es, junto con ujjayi y kapalabhati, la técnica de pranayama más clásica y difundida.

El objeto de este ejercicio es “limpiar” o “purificar” los canales de energía sutil (nadi), “equilibrando” de esta forma la circula-ción de prana y apana en el cuerpo. Una vez equilibrados prana y apana, la energía sutil penetra en sushumna, el nadi central.

La respiración se efectúa alternando los flujos de inspiración y espiración entre las dos fosas nasales con ayuda de prana mudra.

Cuando se domina este ejercicio, se prescinde de prana mudra y la respiración se alterna mentalmente, con una profunda con-centración.

Control del paso del aire

El paso del aire a través de las fosas nasales se controla con ayuda de los dedos de la mano derecha (los zurdos utilizarán la mano izquierda).

Los dedos, índice y medio se repliegan contra la palma, mientras que los demás permanecen estirados de forma relajada.

El pulgar se utiliza para taponar la fosa nasal derecha y el anular y el índice para taponar la fosa nasal izquierda.

El punto de taponamiento se sitúa justamente debajo del hueso nasal y la presión que debe ejercerse es muy superficial

Con las yemas de los dedos las que presionan contra la nariz. Las uñas no deben tocar la piel.

Esta técnica de control del paso del aire taponando los orificios de la nariz se denomina prana mudra o nasagra mudra.

Práctica

Posición de pranayama: sentada, estable y correcta.

Posición de la mano derecha: nasagra mudra.

Lleva la mano derecha hacia la cara y apoya la punta de los dedos índice y medio, unidos, en el punto central entre las dos cejas. El dedo pulgar se dedicará a cerrar y abrir el conducto nasal derecho, y el anular el conducto nasal izquierdo. Una leve presión de las yemas de dichos dedos en las aletas nasales será suficiente para cerrar los orificios.

El brazo derecho se apoya ligeramente en el pecho derecho, manteniéndose en todo momento el tórax alto, bien situado. La cabeza declina ligeramente, pero sin desviarse hacia la derecha.

Otra manera es utilizar el pulgar y el anular de la mano derecha, manteniendo flexionados los dedos índices y medio.

Adopta la posición, toma conciencia de la respiración. Prolongando tanto la inspiración como la espiración a su máximo confor-table, procede como a continuación se indica, esto supone un ciclo completo.
  • Inspirar por el conducto nasal izquierdo presionando y cerrando con el pulgar el orificio nasal derecho.
  • Espirar por el conducto derecho abriéndolo y cerrando el conducto izquierdo con el anular.
  • Inspirar por el mismo conducto derecho manteniendo la misma posición de los dedos.
  • Espirar por el conducto izquierdo abriéndolo y cerrando el derecho con el anular.

Practica varios ciclos, concentrándote en la técnica y en el paso del aire. Cuando la controles, aplicar la relación 1:1 (5:5, 6:6, 7:7…), para después ir pasando a la relación 1:2 (5:10, 6:12, 7:14…).

Las primeras veces, si te confundes o equivocas, bastará con que empieces de nuevo desde el principio.

No hay indicaciones precisas sobre la duración del Nadi Shodana: puedes respirar de esta manera, sobre todo al principio, hasta que te resulte cómodo e incluso interrumpir la práctica durante algunas respiraciones, respirar con ambos orificios y después conti-nuar, hasta que te hayas familiarizado y te encuentes a gusto.

Cuando domines la práctica y la respiración de forma alternativa te resulte un hecho normal, puedes agregar una visualización que hará que el ejercicio adquiera una dimensión más sutil, implicando más la mente y llevándonos a un estado unificado cuerpo-mente, que a menudo desemboca en la situación definida como meditación.

Procede con la práctica como se ha descrito hasta ahora, pero dirigiendo la atención –una atención carente de expectativas, o lo que es lo mismo, de tensiones- a imaginar que el aire que entra por los orificios nasales se dirige hacia el punto en el que se apoyan los dedos índice y corazón, tratando de mantener una respiración leve, delicada, como hacemos espontáneamente cuando, por ejemplo, olemos una flor. La imagen de tener debajo de la nariz una flor, de la que queremos percibir el suave perfume, es segura-mente de gran ayuda para el ejercicio.

Puedes utilizar incienso, encender una barrita durante la práctica del Nadi Shodana, teniendo en cuenta que el aroma más indi-cado es el de sándalo.

Cuando a Nadi Shadana se le añade la fase de retención después de la inspiración, recibe el nombre de Anuloma Viloma o tam-bién conocido como Sukha Pranayama (respiración bipolar).

VARIANTE: Anuloma Viloma

Un ciclo completo viene dado por:

Inspiración por el conducto izquierdo. Retención, manteniendo cerrados los dos conductos. Espiración abriendo el derecho.

Inspiración por el mismo conducto derecho. Retención, los dos conductos cerrados. Espiración por el izquierdo.

Practica varios ciclos. Progresivamente ves trabajando las relaciones 1:1:1, 1:1:2, 1:2:2, siendo prudente en la retención y siguiendo los consejos dados para dicha práctica.

Cuando la retención (kumbhaka) adquiere suficiente longitud (1:2:2, 1:3:2, 1:4:2), acabada la fase de inspiración, una vez los dos conductos cerrados, aplica Jalandhara Bandha (cierre traqueal inclinando la cabeza) y habiéndolo asegurado establecer firmemente Mula Bandha.

Al final de la retención antes de expulsar por el conducto adecuado, relaja Mula Bandha y elevando la cabeza soltar Jaland-hara Bandha.

Efectos

Al reequilibrar los dos aspectos de la energía que actúan en nuestro ser, establece el espacio adecuado para cada uno de ellos. Los efectos extremadamente beneficiosos de este ejercicio no tardarán en dejarse sentir: tendremos un mayor equilibrio en nuestro interior y en nuestra relación con los demás; probablemente, podremos comprender la importancia, para nuestro bienestar, de disminuir un poco la presión que ejercemos continuamente sobre nosotros mismos para sentirnos a la altura de lo que creemos que los demás esperan de nosotros.

Mejora la salud en general armonizando las corrientes vitales y mentales.

Calma el sistema nervioso.

Apacigua la mente.

Desarrolla las facultades mentales.

Prepara la concentración.